Tsongkhapa

Fuente: Teachers of Enlightenment, Kulananda, Windhorse Publications. tsongkapa

Tsongkhapa fundador de la escuela Gelug

Una vida espiritual de principio a fin

El nacimiento de Tsongkhapa, en el Tíbet Oriental, en 1357, llegó acompañado de auspiciosos portentos y sueños proféticos. A temprana edad fue reconocido como un genio espiritual y recibió del cuarto karmapa los preceptos laicos, ¡cuando tenía tres años! A sus 16 años dejó su remota tierra, cerca de la frontera con China y viajó a la capital espiritual en el centro del país. Ahí paso los restantes 46 años de su vida de un modo errante, estudiando con los grandes lamas, escribiendo, participando en debates, haciendo prolongados retiros de meditación en cuevas y fundando monasterios.

Los maestros tibetanos buscan establecer un orden adecuado

Bu-ston había terminado recientemente la compilación del canon budista tibetano. Había existido una gran necesidad de establecer cierto orden en la enorme colección de textos que habían llegado al Tíbet durante los seis siglos anteriores. Los tibetanos guardaban un acomodo que se parecía muy poco al Tripitaka indio. Dividieron el material en aquellas grandes obras que consideraron que eran la genuina palabra del Buda (el kangyur, “palabra traducida”) y en las que pensaban que se trataba de comentarios (el tengyur, “tratados traducidos”).

De modo similar, Tsongkhapa buscaba reformar la práctica del Dharma en el Tíbet. Se identificó con la pureza de la orden kadam original de Atisha. Recalcó a los monjes la importancia de adherirse al vinaya y, entre otras cosas, prohibió la práctica de heredar de padre a hijo el cargo en un monasterio y excluyó todas las prácticas que no parecían tener un claro antecedente budista indio. En sus textos insistió en que las doctrinas básicas de la tradición sútrica eran prerrequisitos indispensables para abordar las prácticas más avanzadas del tantra. En el aspecto filosófico criticó a quienes trataban al mundo relativo como una simple ilusión que oscurecía la verdad esencial de la realidad. Él resaltó, en cambio, la identidad de la infinidad de fenómenos del mundo con su verdad esencial.

...habrá quien pudiera encontrar
algo más maravilloso
para alabarte, ¡Oh, Protector!
que la proclamación de la relatividad? [es decir, el origen dependiente]

“¡Todo aquello que depende de condiciones
está vacío de realidad intrínseca!”.
¿Qué método de buena instrucción puede haber
más maravilloso que este descubrimiento?

Por supuesto, el ingenuo se puede aferrar a éste
tan sólo con confirmar sus cadenas extremistas,
pero el sabio encuentra en ella (esa relatividad)
el camino para cortar toda la red de elaboraciones.


(“Praise of Buddha Sâkyamuni for His Teaching of Relativity”, en Life and Teachings of Tsong Khapa, pp. 99-100)

En otras palabras, no estás entendiendo la enseñanza del Buda si te imaginas que el mundo relativo es algo diferente a la realidad esencial.

Maestro incansable, fundador de la escuela gelug

En los últimos diez años de su vida, de 1409 a 1419, Tsongkhapa se enfrascó en una ronda continua de actividad intensiva. Estableció tres nuevos monasterios para la orden gelug (la cual lo reverencia como su fundador): Ganden, Drepung y Sera. A éstos les siguieron varios más. Instituyó el festival anual de oración Monlam en Lhasa, se abocó a escribir y enseñar y realizó, entre muchos otros textos, un exhaustivo lam rim (un texto que describe las etapas del sendero, basado en el compendioso Bodhipathapradipa, de Atisha).

Con el tiempo, los principales monasterios gelug llegaron a convertirse en las instituciones más grandes de su tipo en el mundo, semejando pequeñas ciudades, con una población combinada de más de 20 mil monjes. La influencia gelug creció a la par y, aproximadamente 150 años después de la muerte de Tsongkhapa, el quinto dalai lama gelug pasó a ser el gobernante del Tíbet.
Los tres principios del sendero.

Las interpretaciones que hace Tsongkhapa de la enseñanza se encuentran entre las de mayor influencia dentro del marco general del budismo tibetano. Su texto raíz sobre los Tres principios del sendero (renunciación, bodhichita y visión correcta) es una obra seminal de la escuela gelug:
ago una reverencia ante los venerables lamas.

Explicaré lo mejor que pueda
la esencia de todas las enseñanzas del Conquistador,
el sendero alabado por los pupilos del Conquistador,
la entrada para los afortunados que desean la liberación.

Escuchen con la mente clara. ¡Oh, afortunados,
que dirigen sus mentes al sendero que complace al Buda,
que se esfuerzan por hacer buen uso del ocio y la oportunidad
y que no se sienten apegados a las alegrías del samsara!

Quienes tienen un cuerpo están atados por su anhelo de existir.
Sin una renunciación pura no hay modo de sosegar
la atracción hacia los placeres del samsara.
Por eso, desde un principio, busca la renunciación.

El tiempo libre y la oportunidad son difíciles de encontrar.
No hay tiempo que perder, da marcha atrás a la atracción por esta vida.
Da marcha atrás a tu atracción por las vidas futuras. Piensa una y otra vez
en los infalibles efectos del karma y en la miseria de este mundo.

Al contemplar eso, cuando ni por un instante
desees los placeres del samsara
y día y noche te mantengas resuelto a lograr la liberación,
habrás producido la renunciación.

La renunciación sin una mente bodhi pura
no da por resultado la dicha perfecta
de la insuperable iluminación.
Por lo tanto, los bodhisatvas generan una excelente mente bodhi.

Barridos por la corriente de los cuatro ríos poderosos,
atados por los fuertes lazos del karma, tan difíciles de desatar,
atrapados en la red de hierro de querer conseguir todo para sí,
envueltos por completo por la oscura niebla de la ignorancia,

naciendo y renaciendo en un samsara sin rumbo,
atormentados sin compasión por los tres infortunios
todos los seres, tus madres, se encuentran en esta condición.
Piensa en ellos y genera una mente bodhi.

Aunque practiques la renunciación y una mente bodhi,
sin sabiduría, la profunda percepción de la vacuidad,
no podrás cortar la raíz del samsara.
Así que esfuérzate por comprender el origen dependiente.

Aquél que ve lo infalible de la causa y el efecto
de todos los fenómenos en el samsara y el nirvana
y destruye todas las falsas percepciones
ha entrado en el sendero que complace al Buda.

Las apariencias infaliblemente son el origen dependiente,
la vacuidad está libre de aseveraciones (de existencia o inexistencia).
Mientras veamos como algo diferente estas dos comprensiones
no lograremos tener el ánimo del Buda.

Cuando ambas percepciones son simultáneas y concurren,
basta un vistazo al infalible origen dependiente para que surja una cierta
comprensión que destruya por completo cualquier suerte de atadura mental.
En ese momento el análisis de la visión profunda es total.

Las apariencias eliminan el extremo de la existencia.
La vacuidad disipa el extremo de la inexistencia.
Cuando comprendes el surgimiento de la causa y el efecto desde la perspectiva
de la vacuidad ya ninguno de los puntos de vista extremos te cautiva.

¡Hijo, cuando logres comprender las claves
de los tres principios del sendero
no dependas más que de la soledad y el esfuerzo decidido
y, pronto, alcanza la meta final!

(Door of Liberation, pp. 135-137)